Se produce en las glándulas suparrenales, en la parte superior de cada riñón y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles o de alto grado de tensión.
Si los niveles están equilibrados, nuestro organismo funciona en armonía, pero si por el contrario, tenemos niveles altos, esto provoca efectos negativos en las funciones de las células de todo nuestro cuerpo.
PRINCIPALES FUNCIONES EN LAS QUE INTERVIENE EL CORTISOL
- En el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas: Niveles altos dificultan la absorción de estos macronutrientes, lo que puede ocasionar malas digestiones, malestar gastrointestinal, almacenamiento de grasas, infamación intestinal, etc...
- Regula los niveles de inflamación en tu cuerpo: Cuando el cortisol no realiza bien este trabajo, el cuerpo está en un estado de alerta constante, liberando sustancias químicas que alertan al sistema inmunitario de un posible ataque, provocando una inflamación continua como medida de protección que daña a las células saludables. Esto puede ocasionar enfermedades como diabetes, cáncer, cardiopatias, depresión entre otras.
- Controla la presión sanguínea: Ayuda a mantener unos niveles normales de presión arterial evitando la hipertensión arterial y sus efectos.
- Equilibra los niveles de azúcar en la sangre: Evitando el desarrollo de la diabetes
- Contribuye con la memoria y la concentración: Los niveles altos pueden generar cambios bioquímicos y estructurales en el cerebro, afectando a la memoria declarativa, a la atención, concentración y función ejecutiva y a la memoria de trabajo, que es la capacidad de mantener y manipular información temporal mientras se realiza una tarea.
- Ayuda a equilibrar la sal y el agua del cuerpo: Influye en la regulación del equilibrio electrolítico y en la retención de agua. En momentos de estrés, el cortisol puede aumentar la retención de sodio y agua, lo que puede provocar hinchazón y, a largo plazo, hipertensión.
COMO AFECTA EN NUESTRA ALIMENTACION
El estrés puede alterar los hábitos alimenticios por motivos emocionales. Cuando el cortisol está elevado es común recurrir a alimentos altamente calóricos para aliviar la ansiedad o malestar. El estrés eleva los niveles de grelina, conocida como "la hormona del hambre" la cual junto con el cortisol fomenta la búsqueda de alimentos. La alteración de los hábitos alimenticios nos puede llevar a sobrepeso o a todo lo contrario, pues también puede ocurrir que al poder tener problemas gastrointestinales, se vean reducidos los niveles de hambre y sea difícil mantener una ingesta alimentaria adecuada.
QUE SE PUEDE HACER PARA MANTENER NIVELES ADECUADOS
En cuanto a nutrición se refiere, mantener una dieta equilibrada y consumir sobre todo alimentos que nos ayudan a combatir el estrés como
- VITAMINA C: Actua como potente antioxidante y ayuda a disminuir el estrés y proteger al organismo de sus efectos
- ACIDOS GRASOS OMEGA 3: Los omega-3 han demostrado modular este sistema reduciendo la activación excesiva, lo que previene picos de cortisol. Algunos estudios han demostrado que la suplementación con omega-3 puede atenuar la liberación de cortisol tras situaciones de estrés agudo, como se observó en ensayos clínicos controlados, donde los sujetos que recibieron suplementos de omega-3 tuvieron niveles más bajos de cortisol tras situaciones de estrés psicológico.
- MAGNESIO: La deficiencia de magnesio se ha asociado con un aumento en la secreción de cortisol. Un estudio publicado en Journal of Human Nutritión and Dietetics, encontró que la suplementación con magnesio redujo significativamente los niveles de cortisol.
- PROBIOTICOS: La microbiota intestinal juega un papel en la modulación del estrés a través del eje intestino-cerebro. Los probióticos, presentes en alimentos fermentados, pueden influir en los niveles de cortisol. Un estudio publicado en Psychoneuroendocrinology mostró que el consumo de probióticos (como lactobacillus y Bifidobacterium) durante 30 días redujo los niveles de cortisol en personas sanas.
CONCLUSION
Mantener unos niveles de cortisol adecuados, nos ayudará a reducir el estrés, evitar aumento de peso, inflamación crónica y que nuestro sistema inmunológico se vea debilitado.
Es importante mantener una dieta equilibrada y alta en nutrientes esenciales para reducir niveles altos de cortisol, como los mencionados anteriormente.
Si te encuentras en situación de estrés, ansiedad, cansancio extremo, mal estar general, es importante que tus hábitos alimenticios sean adecuados para salir cuanto antes de esa situación.
Si quieres información, contáctame y te ayudo a comenzar con esos cambios.
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